Esta tecnología ya se está incorporando en la industria, en estudios de diseño, en agencias de publicidad y en centros educativos.
A principios de los 90, los primeros en utilizarla fue la industria automotriz, logrando reducir un 50% los tiempos de lanzamiento al mercado de los nuevos modelos (de 3 años a 18 meses), pero en ese entonces se trataba de equipos de alta complejidad y con costos muy elevados que solamente ellos podían solventar. Con el correr de los años se fue disponiendo de una importante variedad de nuevos equipos, más veloces y eficientes; y de precios más reducidos.
El concepto de impresora 3D
Una impresora 3D es una máquina capaz de producir maquetas volumétricas mediante la compactación de un polvo llamado composite que se va depositando en un contenedor, y simultáneamente imprimir todas sus superficies. El proceso consiste fundamentalmente en la creación del prototipo capa a capa, de abajo hacia arriba. Se deposita una capa de composite y se compacta la zona deseada, repitiéndose el proceso, colocando capas una encima de otra, hasta completar la pieza.
Cuando ha terminado la impresión y el modelo está completo, el composite sobrante se aspira y se recicla para futuros usos, dejando el modelo limpio y libre de residuos. En este punto del proceso, la pieza es todavía frágil y debe manipularse con cuidado. Para darle el acabado final, es necesario infiltrarla (sumergirla) en uno de los distintos infiltrantes adhesivos especiales, que incrementan la dureza y resistencia de la pieza del prototipo, hasta que éste puede ser manipulado sin ningún tipo de precaución especial. Chequen un ejemplo de impresión...